miércoles, 12 de mayo de 2010

Conferencia 29/04/10 Dr. Monagas Campus Etseiat

En el mundo industrial, existen diferentes procedimientos para proteger las ideas y el conocimiento.
El pasado Jueves 29 de Abril, el Dr. Monagas, reputado ingeniero e inventor, realizó una conferencia en las instalaciones de la Escuela de Ingenieros Industriales de Terrassa, en la que dio un repaso general a estos y otros temas relativos a la propiedad industrial.

Inventos tales como el analizador del llanto de los bebés, la tela que evita el paso de las ondas, y otros inventos del campo de la medicina, así como las colaboraciones en ese mismo campo, confieren al Dr. Monagas una fama a nivel internacional y un gran prestigio.

Esta misma experiencia en la invención, desarrollo de ideas y protección de las mismas, posibilita que su visión sea amplia, propia de alguien curtido en las batallas llevadas a cabo con la administración, contra el pirateo y contra los flecos legales existentes en los diversos países, que posibilitan la copia o el plagio.

Fruto de esta asignatura, es el reconocimiento de que el saber o llamado de otra forma, “el conocimiento”, sea considerado como el activo más importante que posee la empresa, mucho más si cabe que el propio activo tangible que figura en sus cuentas de resultados. No es de extrañar, por tanto, que deba intentar protegerse el conocimiento de los extraños. No hablamos de no compartir el conocimiento, sino más bien de censurar la copia indiscriminada del mismo, realizada por terceros que no han invertido en la investigación que ha acabado dando como fruto el desarrollo de las ideas que acabarán formando parte del corp-business.

Lo primero que debemos preguntarnos es el alcance de la protección que deseamos para nuestras ideas. Es decir, queremos protegerlas en nuestro propio país? O queremos que nuestras ideas estén protegidas en todo el mundo?. A continuación, deberemos estudiar qué es lo que debemos proteger. Se trata de una idea? De un producto? De una marca?; en función del elemento a proteger, deberemos actuar de una forma u otra.

Si se trata de un invento o de un aparato, escogeremos las patentes. Estas patentes proporcionan protección legal de la idea por un tiempo de 20 años, a contar desde el momento en que se registra la patente. Pasados los 20 años, la información se convierte en dominio público y cualquiera puede copiar la idea.
Si lo que queremos proteger es un invento, también podemos optar por el secreto industrial. En este caso, la protección es interna. En este caso, la idea nunca pasará a ser de dominio público.

Por último, tenemos los derechos de autor; los famosos derechos reclamados por la Sgae, que protegen la música, la literatura, el diseño, etc.

En cualquier caso, es importante destacar que tanto si nos centramos en el ámbito nacional como en el mundial, el momento en el que se produce el registro de la idea es de vital importancia, llegándose a certificar hasta el segundo en el que se ha registrado la idea. Se trata de la protección para el inventor, que asegura que nadie más en el mundo ha registrado nada similar. Tras el registro y los correspondientes pagos a la administración, se abre un periodo en el que básicamente se buscan ideas similares y se trata de demostrar que no hay nada que se asemeje a lo registrado, confiriendo al autor la etiqueta de “único”.
Queda claro tras la conferencia, que la labor de los organismos de registro no es en modo alguno altruista, ya que se paga por cualquier gestión, desde el registro nacional, europeo, etc.. hasta la labor de búsqueda e investigación en otros organismos de ideas similares, pasando por el pago de las anualidades que deben abonarse como cánon de mantenimiento e incluso la justificación periódica de que se está sacando provecho económico de la idea. De no realizarse cualquiera de estos pasos, se pierde el derecho a la patente.

Entrando más en un tema de forma de la patente, destacar que debe tratarse por todos los medios de plasmar la idea en un producto, documento, escrito, partitura o lo que sea, ya que de otro modo, es totalmente imposible que la idea sea registrada.
No deja de ser irónico que no sólo no se trate de incentivar la inventiva de los autores, sino que se trate en todo momento de recaudar sin prestar ayuda alguna al desarrollo de ideas que pasan por tanto en muchas ocasiones a formar parte de la lista de ideas no materializadas.
En definitiva, la inventiva choca frontalmente con el afán recaudatorio y estoy totalmente convencido de que muchos de los inventos de los que hoy podríamos estar disfrutando, han caído en el olvido debido a las fuertes tramas administrativas que, en muchas ocasiones, ni siquiera protegen totalmente las ideas.

Sólo me queda felicitar al Dr. Monagas por la conferencia y evidentemente por todo su amplio abanico de inventos, con la firme convicción de que algún día nuestro país dejará de estar a la cola de la innovación y empezará a valorar que muchas de las figuras internacionales en este campo, tienen que marchar al extranjero por no ser valoradas aquí o simplemente, por ser saqueadas con tributos abusivos.